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Agroindustria

Desafíos climáticos: Soja verde y dañada en Argentina tras extremos de calor y lluvias

En el centro santafesino los rindes no son malos, pero hubieran sido mucho mayores si los cultivos no hubieran padecido la ola de calor de fines de enero y principios de febrero. Ahora, persistentes lluvias también restan calidad.
Agrandar imagen Policromática. Soja en madurez plena, en el norte del departamento San Martín.
Policromática. Soja en madurez plena, en el norte del departamento San Martín.

A medida que avanzan las trilladoras, la campaña de soja va desilusionando a muchos productores que aspiraban a recuperar el quebranto del ciclo previo. Con El Niño activo, las buenas lluvias invitaban a estimar rindes destacados. Sin embargo la ola de calor de fines de enero y principios de febrero pegó muy duro en los lotes del centro norte santafesino, por lo que hoy muchos de esos granos se están cosechando verdes. Esto, y dañados por las recurrencia de lluvias, es lo que están observando en el Laboratorio de la Cámara Arbitral de Cereales de la Bolsa de Comercio de Santa Fe.

No te quiero verde

El gerente, Mauricio Katz, explicó: "es un año que hay muchas sojas que están viniendo al laboratorio con defectos, con grano verde y con dañado; cosa que por ahí no pasa en un año normal".

En cuanto a grano verde, indicó que en las muestras "estamos viendo de todo", desde mercadería buena, por debajo de la de la tolerancia de recibo del 5%; hasta partidas "con porcentajes muy altos, arriba de 50, 60 o 70 % de grano verde".

Lo mismo pasa con el dañado. "Por ahí con un poco menos de prevalencia, pero hay mercadería dañada", indicó. "Sobre todo las que vienen agarrando las últimas lluvias bravas y no dejan cosechar en algunas regiones. Soja del Chaco, por ejemplo, pero también estamos recibiendo de cooperativas cercanas y del centro sur santafesino con bastantes problemas de calidad".

Fea desde el norte. Imagen de una muestra del Chaco que ingresó a los laboratorios de la Cámara Arbitral de Cereales de Santa Fe.
Fea desde el norte. Imagen de una muestra del Chaco que ingresó a los laboratorios de la Cámara Arbitral de Cereales de Santa Fe.

Katz explicó que es difícil saber qué proporción de la cosecha sale con problemas de calidad, porque generalmente al laboratorio llegan sólo las muestras que tienen problemas. "La soja buena no pasa por el laboratorio, entonces es difícil darte una idea de la prevalencia de la mercadería con daño", aclaró.

Maldito calor

Sobre los factores agronómicos que complicaron la calidad de la cosecha, pero también la cantidad, el asesor Claudio Bosco puso el foco en el estrés térmico que soportaron los cultivos en el verano, en medio de una pausa en las lluvias.

"Pasaron cosas en la campaña; sobre todo esos 15 días de fuerte estrés térmico en los que la planta terminó desequilibrándose fisiológicamente", sostuvo. Y recurrió a una explicación más pedagógica que técnica: "eran plantas con un motor para producir 5000 kilos de soja y les faltaban granos para llenar; entonces ese motor, toda esa potencia, es lo que vemos hoy en las plantas verdes; plantas que no se mueren porque no tuvimos suficiente cantidad de granos para chupar toda esa energía que había dentro de las plantas".

A esto, dijo, se sumaron muchos granos que quedaron mal formados, mal llenados o a medio llenar. "Son los granos que hoy estamos viendo podridos en el campo. Entonces rinde mucho, pero podrían haber rendido muchísimo más".

Bosco remarcó que la cosecha está resultando "muy lejos de la expectativa que teníamos". Aunque los rindes no son malos, "es un consuelo de zonzo". Porque una soja dañada, explicó, que se ve fea pero rinde 40 quintales "es una soja que hace 30 días rendía 50". Y repitió: "de no haber venido esos 15 días de estrés térmico, en esta campaña se iban a escuchar lotes de 60 quintales, pero a patadas".

En su zona, Gálvez y alrededores, comentó que "se escucharon" muchos lotes de 50, con dañado, del mismo modo que los hubo de 30. "La verdad que era la campaña que soñamos y no terminó llegando; se nos escapó por muy poquito. Era la campaña que necesitábamos para romper el quebranto del año pasado", lamentó.

Para que se comprenda mejor el planteo, hizo la cuenta: el año pasado se cosecharon 15 quintales a causa del calor, más 40 de este año son 55; dividido 2 son 27 quintales en cada ciclo para la ecuación económica de la empresa agrícola. "No te recuperas pero por lo menos seguís flotando con la nariz afuera del agua; no abras la boca porque te entra agua, pero ya la nariz te deja respirar", describió.

Qué hacer

Debido a las características de la campaña en curso, desde INTA brindaron algunos consejos útiles. En un trabajo técnico, el ingeniero agrónomo Diego Villarroel, especialista en Mecanización Agrícola, Agricultura de Precisión y Agtech en la Experimental de Manfredi, sostuvo que "a veces es mejor entrar con humedad para asegurarnos minimizar pérdidas".

En ese sentido, propuso en primer lugar que se planifique la logística de equipos a utilizar (Cosechadoras, tolvas, camiones, embolsadoras, etc.) y también la estrategia de recolección. Luego, si no hay piso, recurrir a máquinas que tengan neumáticos radiales y de alta flotación y trabajar con baja presión de inflado (23-25 libras). "Nunca llenar la tolva a su máxima capacidad ya que estamos sobrecargando los ejes y trasladando el peso a compactación del terreno", aclaró. También sugirió planificar para que solo ingrese la máquina al lote y las tolvas circulen lo menos posible dentro del mismo: "va a requerir que la máquina tenga una plataforma de recolección de gran ancho labor, lo cual va a disminuir la transitabilidad".

Ante un cultivo que aún tiene margen de maduración, pero las condiciones climáticas son altamente variable (llueven varios días y se abre una ventana con posibilidad de trabajar), "es oportuno adelantar la cosecha, y realizarla con 15 - 16% de humedad debido a que el cultivo presenta poca susceptibilidad al desgrane; reduce las pérdidas promedio por desgrane en el cabezal en un 50%".

Decisivo. Aunque le sobra humedad, ante la perspectiva de inestabilidad climática aconsejan trillar con 15 o 16%.
Decisivo. Aunque le sobra humedad, ante la perspectiva de inestabilidad climática aconsejan trillar con 15 o 16%.

Al respecto, Villarroel mencionó los valores de humedad que se pueden manejar en poscosecha. La soja almacenada correctamente con 16% de humedad en bolsas plásticas se puede conservar sin problemas hasta 2 meses, con 14,5% por 6 meses y con 13% de humedad se puede almacenar 12 meses o más.

Por otra parte, citó un trabajo de INTA PRECOP que estimó que el 70% de las pérdidas se generan en la plataforma. Por lo tanto, "todos los cañones los vamos a apuntar a minimizar las pérdidas ocasionadas en el cabezal". Una de las indicaciones fue que la velocidad es clave para el correcto funcionamiento de la barra de corte, con lo cual también es importante detectar la correcta funcionalidad de las cuchillas y puntones. Además, apuntó que "el molinete debe regularse en altura, avance y velocidad de giro, de manera permanente acorde al estado del cultivo".

Respecto al 30% de pérdidas restantes, que se dan por la cola de la cosechadora, podrían minimizarse realizando diferentes ajustes. Por ejemplo la velocidad del cilindro trillador, que debe ser la máxima acorde al mínimo daño mecánico.

En definitiva, el profesional concluyó que, a grandes rasgos, se aconseja para las condiciones actuales adelantar lo máximo posible la cosecha de soja. "No esperar el 13,5% de humedad de grano para iniciar, porque el retraso será riesgoso y costoso". Adelantando la cosecha, las pérdidas de precosecha se reducen a cero y las pérdidas por cosechadora pueden bajar respecto al promedio. "Pero si la soja con 13,5% de humedad de grano recibe lluvias por más de 10 días, las pérdidas en cantidad y calidad pueden ser mayores que decidir comenzar la trilla con 15% de humedad".

Fuerte retraso y calidad en peligro

El reporte semanal del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA), que difunde la Bolsa de Comercio de Santa Fe, indicó que el avance de cosecha en sojas de primera alcanza al 35% de la superficie, mientras en 2023 el progreso rondaba el 70%. En el norte provincial reportan porotos "manchados e incluso brotados".

La situación se da tras "la décima semana con precipitaciones de variadas intensidades y regular distribución geográfica, con un 100 % de cobertura". El informe añade que los montos pluviométricos acumulados fueron muy importantes, particularmente en el noreste santafesino, con mayor impacto y consecuencias en los departamentos Vera y General Obligado, distrito La Sarita. "Realidad que se agravó y se complicó por la frecuencia de las inestabilidades, lloviznas o lluvias".

Justamente en el norte del área, es donde "se detectaron pérdidas de calidad en los granos, algunos manchados e incluso brotados".

 



Fuente: Diario El Litoral
Soja

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