El pasado viernes se realizó en Rafaela, convocada por la Comisión de Industrias del CCIRR, una actividad que incluyó la participación de dos altos funcionarios del gobierno nacional, la subsecretaria de Industrias, Daniela Ramos; y el secretario de Pymes, Marcos Ayerra. En ese encuentro los industriales de Rafaela y la región plantearon sus serios reparos ante algunos aspectos de la política económica nacional, en especial respecto al Régimen de Incentivo de las Grandes Inversiones (RIGI), incluido en la Ley Bases que recibió aprobación de la Cámara de Diputados y espera sanción del Senado. Varias voces se alzaron para plantear que el RIGI, sumado a otras medidas que ha tomado el gobierno respecto al levantamiento de restricciones para importar, configuran un combo que amenaza de muerte a la industria nacional, entre ella a la santafesina.

Víctor Sarmiento es el vicepresidente de la FISFE y participó del cónclave con los funcionarios. Sarmiento tiene dos pymes industriales en Esperanza, presidió recientemente la entidad que congrega a los industriales de la provincia y es un activo y movilizado dirigente del sector gremial empresario. En diálogo con RAFAELA NOTICIAS, destacó la importancia de la visita de los funcionarios nacionales: “valoramos que hayan venido porque en realidad esta convocatoria es muy importante. De hecho, los planteos que nosotros hicimos en la reunión los venimos haciendo desde hace mucho tiempo desde la Federación de Industrias de Santa Fe. Se han hecho diferentes tipos de presentaciones, situaciones que advertimos que van a ser un problema, fundamentalmente con la liberación absoluta de las importaciones”.

Sarmiento dejó en claro lo que otros industriales locales manifestaron: en la industria santafesina hay tecnología y capacidades para competir, pero siempre y cuando las herramientas sean iguales para todos. “Aquí Diego Turco lo dijo bien claro en la reunión: no pedimos otra cosa que tener la misma libertad que tienen los que van a importar, por ejemplo, con el registro o el derecho para importaciones, que a los inversores extranjeros se lo elimina; o el 17,5% del pago del impuesto PAIS, que nosotros tenemos que abonar y el RIGI lo elimina para los inversores extranjeros, garantizándole al mismo tiempo 30 años de sostenibilidad de estos beneficios. En Argentina estamos preparados tecnológicamente, con capacidad y recursos para competir, pero también hay que sacarle a la industria nacional la pata de elefante que tiene encima. No es una queja simplemente de lo que hablamos acá, es una necesidad que nosotros estamos planteando”.

El vicepresidente de FISFE también analizó la necesidad de una reforma laboral, sobre todo en lo que hace a la contratación de trabajadores, pero también advirtió que “debe hacerse una reforma laboral sin que los trabajadores pierdan el derecho conquistado, a no ser usados sin tener la legalidad correspondiente”.

-¿Peligra la industria santafesina con esta realidad que describe? Por lo que escuchamos en la reunión, hay un peligro latente, expresado por los mismos empresarios.

-Lo hemos planteado claramente. Si no arrancamos rápidamente con el movimiento de la economía, se pone difícil. Nosotros defendemos un modelo de desarrollo industrial, basado en la fortaleza del poder adquisitivo del mercado interno. El 80% de nuestras industrias producen para abastecer el consumo interno de la República Argentina y si estamos perdiendo posibilidad de proyección en la masa salarial vamos a estar complicados. Si a eso le sumamos que hacemos una apertura indiscriminada de importaciones (que también vienen a competir en nuestro mercado interno, y con mejores condiciones que las que se garantizan a la industria nacional), la situación va a ser muy compleja. Sobre todo en Santa Fe, que tiene más de 5.000 industrias, el 50-60% es manufacturera.

En esa línea, Sarmiento alertó que “no nos sirve a los argentinos ser exportadores de productos primarios sin tener valor agregado. Siempre sostuvimos que hay que meter valor agregado. A una tonelada de soja exportada te la paga el mundo a 400-500 dólares. Una tonelada de soja transformada con aceite de soja o biodiesel te paga el mundo 3.000 dólares. E involucra aplicar recursos humanos, mano de obra capacitada, poner valor a nuestros recursos naturales. Pero eso lo tienen que entender aquellos que tienen que desarrollar este modelo de país”.

Para el vicepresidente de FISFE, “no hay manera de contener a los 48 millones de argentinos si no es a través de un modelo de desarrollo industrial con exportación”. Pidió “no matar a la gallina de los huevos de oro, que son las pymes de la República Argentina”.

-¿Qué realidad tienen hoy las pymes industriales de Rafaela, la región y la provincia?

- Nosotros elaboramos una encuesta propia y nos han respondido más de 230 industrias de la provincia de Santa Fe, lo cual es una muestra muy importante. De esas empresas consultadas, 25% está pensando ya en planteos de reducción de personal, suspensiones y no renovación de contratos. Si lo comparamos a nivel de la media nacional, Santa Fe todavía tiene la cultura del trabajo y sobre todo en el territorio, en los grandes territorios, que hace que a nosotros nos cueste mucho desprendernos de aquellos recursos que nos ha costado mucho formarlos. Entonces, Santa Fe va a estar muy perjudicada con todas estas medidas. De hecho, estamos trabajando con una firme decisión del Ministro de la Producción, a través del Secretario de Industria, con la anuencia del gobernador, en defender a Santa Fe como una provincia netamente productiva. Lo dijo el mismo gobernador. Nosotros no nos vamos a dejar presionar a cambio de bajar nuestra producción provincial. Pero claro, se está discutiendo una ley Bases y muchas veces el gobierno nacional se tiene la sartén por el mango”.

Sarmiento no dejó de recordar que, a propósito del tratamiento de la Ley Bases, “estuvimos con todos los legisladores, planteándoles estas situaciones. De hecho, nos escuchan, nos entienden, están de acuerdo, pero momento de ir a debatir en el Congreso, la ley salió y con el voto de varios de nuestros legisladores. El secretario de Pymes de la Nación nos dice que no tiene miedo de enfrentarse a los grandes. Bueno, nosotros tampoco tenemos miedo de enfrentar a los que vengan a competir con nosotros, pero en igualdad de condiciones y ahí vamos a ser competitivos igual que ellos. Pero si tenemos un 30 o un 40% de beneficios que les dan a nosotros y a nosotros no, es muy difícil poder competir”.