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Deportes

TC en Rafaela: las razones por las cuales la carrera de junio empieza a "correrse" en Viedma

El Turismo Carretera disputará la segunda fecha de la temporada en el autódromo de la capital rionegrina este fin de semana. ¿Por qué será una prueba crucial que se mira con atención desde Rafaela?
Agrandar imagen Los TC nueva generación, protagonistas de una temporada desafiante.
Los TC nueva generación, protagonistas de una temporada desafiante.

Este fin de semana el Turismo Carretera disputará la segunda fecha de la temporada 2024 en el autódromo de Viedma. La competencia en la capital rionegrina estuvo en duda incluso hasta el mes pasado. Cuando la ACTC confirmó su realización, al mismo tiempo informó sobre las fechas en que se presentará la categoría en el esto de las 7 fechas iniciales. La séptima, según ese calendario, será en el fin de semana del 17 de junio en el Autódromo Ciudad de Rafaela.

Sin embargo, aunque la ACTC da por hecha la concreción de la carrera en el Templo de la Velocidad, hay mucho camino por recorrer aún. Y una parte muy importante de ese camino se desandará este fin de semana en Viedma. ¿Por qué? Porque la propia categoría toma a esta competencia como una "prueba de fuego" frente a una temporada muy complicada para la organización de grandes eventos deportivos, debido a los condicionamientos que enfrentan los gobiernos provinciales para apoyar, como lo hicieron hasta el año pasado, a estas convocatorias.

El Calafate fue un caso aparte. La competencia fue "comprada" por la Municipalidad de esa ciudad, principal organizadora del evento, en el mes de noviembre, cuando las condiciones eran totalmente distintas. En ese momento se "cerró" la parte económica del acuerdo para que el TC se presente en el extremo sur del país, en una carrera que de por sí siempre es difícil de afrontar por la distancia que demanda a la logística y a los equipos de la categoría trasladarse hasta uno de los confines de la Patagonia argentina.

Los millones que pide la categoría

Pero el resto de las carreras son otra cosa. La ACTC partió inicialmente de un canon extraordinariamente elevado para presentarse, que para el caso de las carreras de mediados de año estaría en el orden de los 150 millones de pesos o por encima incluso. Eso sólo para abrochar el desembarco de la categoría, al margen de todos los demás gastos que insume el espectáculo: obras, seguridad, impuestos, energía eléctrica, y un sinfín de costos que deben asumir los organizadores. Atlético calcula, a priori, que eso demandará otros cien millones de pesos como mínimo.

Frente a esos costos, los estados provinciales son la clave. En la mayoría de los circuitos del país los gobiernos "compran" las carreras: pasa en San Luis, San Juan, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Santiago del Estero, Misiones y Entre Ríos. Eso significa que aportan el grueso de la inversión, sin tener seguro el recupero. O sin considerarlo siquiera en cuanto a la venta de entradas, ya que se entiende que el movimiento económico que genera en las ciudades que visita el TC es suficiente para considerar como correcta a la inversión que realice el Estado. De eso la ACTC tomó nota hace muchos años y sacó alto provecho. Todo eso pasaba. Ahora todo está en discusión.

Hasta el año pasado, las entradas en esos escenarios provinciales (El Villicum, Toay, Termas, Centenario, Viedma, etc) estaban "subsidiadas". Pero ahora las provincias, con sus cuentas exprimidas al máximo por el cierre del grifo nacional hasta para lo más esencial, no están dispuestas a aceptar cualquier precio. Este fin de semana, las entradas para Viedma ya muestran el nuevo panorama: 15 mil pesos la general y 30 mil los accesos a boxes. Para Rafaela ya se calcula una entrada general de no menos de 20 mil pesos. De la respuesta del público en la comparación con años anteriores (el TC se presentó 10 veces en Viedma, lo que agrega otro componente de análisis diferente al de El Calafate, donde apenas fue la segunda presentación de la categoría y donde el público incluye a muchos aficionados chilenos) surgirá la magnitud del desafío que enfrenta la ACTC y hasta cuándo le da la soga para seguir tirando sin que se le caigan carreras del calendario.

El empate sirve

El presidente de la Subcomisión de Atlético ya fue claro: "queremos por lo menos salir empatados". Es decir, el club no quiere perder de dinero y está dispuesto a resignar beneficios a cambio de sostener la fecha. "Estamos haciendo todo lo posible para que el TC esté en Rafaela", aseguró Gustavo Belinde. El tema incluso ya fue abordado en un encuentro con el gobernador Maximiliano Pullaro. El mandatario provincial también se manifestó públicamente a favor de conservar la fecha, a sabiendas de los beneficios económicos que trae para el turismo interno de la región la presencia del TC. Pero puertas adentro y en confianza, Pullaro admitió que sus principal temor es que un apoyo económico a la carrera se utilizado por el ejército de trolls que controla el gobierno desde la Casa Rosada para aplicarle la gran Lali Espósito: un intensivo acoso basado en fake news y tuiteos anarcocapitalistas que lo dejen mal parado ante la opinión pública.

Rafaela tiene una gran diferencia sobre el resto: Atlético tiene una "expertise" bien desarrollada para conseguir recursos y jugar sus propios riesgos. Las entradas en Rafaela nunca estuvieron subsidiadas, son las más caras del calendario. E igualmente el público responde, poniendo al Templo de la Velocidad en el podio de las que mejor convocatoria tienen.

Sin embargo, una cosa es reconocer esa realidad y otra poner la cabeza para el guillotinazo de un canon impagable. Por eso la carrera de Rafaela, como la de otros circuitos del país, empezará a calentar motores cuando caiga la bandera a cuadros en Viedma y se haga el balance económico del espectáculo, para saber ante qué escenario puede pararse cada uno en lo que sigue del calendario.

Para junio faltan 3 meses. En la Argentina de hoy es una eternidad.

 

 

 

 

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