Desde el miércoles 1° de mayo, cargar combustible en Argentina se volvió un 4% más costoso, una noticia desalentadora para los conductores que ya han experimentado una serie de incrementos en los últimos meses. Las principales empresas refinadoras del país - YPF, Shell, Axion y Puma Energy - han aplicado este aumento para compensar las pérdidas debido a la devaluación mensual del 2% establecida por el Banco Central y al incremento en el precio del barril de petróleo.
Así, en Rafaela la nafta súper de YPF, que costaba 966 pesos, ahora se cotiza a 1005 pesos por litro, mientras que la Infinia está en 1207. El gasoil más económico está en 1067 pesos y el Infinia, en 1.245 pesos. En tanto, en las estaciones Shell de la ciudad, la Súper cotiza a 1023, en tanto que la V Power ya cuesta 1237 pesos. El gasoil más barato, en 1090 pesos y el gasoil premium 1276 pesos el litro.
Este aumento podría haber sido aún más pronunciado, superando el 10%, si el Gobierno no hubiera pospuesto la actualización del impuesto a los Combustibles, según comunicó el ministro de Economía, Luis Caputo, anoche. Esta medida busca amortiguar el impacto del alza en el costo de vida de los argentinos.
Con este último ajuste, el litro de nafta súper de YPF en la ciudad de Buenos Aires alcanza aproximadamente los $870, mientras que la premium se eleva a $1074. Por su parte, el gasoil súper se sitúa en $918 y el diesel premium en $1167. Bastante más barata que en Rafaela.
Los precios de los combustibles han experimentado un aumento del 119% desde la asunción de Javier Milei, distribuido en seis incrementos escalonados. Este aumento tan marcado en un corto período se atribuye al salto en el tipo de cambio oficial desde diciembre y a la actualización de impuestos que estaban congelados desde 2020. Aunque se esperaba un nuevo aumento en mayo debido a la inflación acumulada, el Ministerio de Economía decidió posponerlo.
Esta subida de precios ha tenido un impacto significativo en las ventas de combustibles, que han disminuido un 17% desde diciembre hasta principios de abril, según la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (Cecha).
El aumento ha equiparado los precios del combustible en Argentina con los de los países vecinos, lo que ha hecho menos atractiva la compra en el mercado local. Por ejemplo, mientras el litro de nafta en Argentina tiene un costo promedio de US$1,09, en Paraguay es de US$0,99; en Chile, US$1,06; en Brasil, US$1,19, y en Uruguay, US$1,41, según datos de la consultora EyE.
Este incremento de precios también ha afectado el comportamiento de los consumidores, con una caída del 22,6% en la demanda de nafta premium, muy por encima del promedio general. Anteriormente, siete de cada diez clientes optaban por la opción más económica, pero esta proporción ha cambiado después de los últimos aumentos, con ocho de cada diez clientes prefiriendo la nafta súper.
En resumen, el aumento del precio del combustible en Argentina no solo impacta en el bolsillo de los conductores, sino que también tiene consecuencias en las ventas del sector y en el comportamiento de los consumidores, que buscan opciones más económicas en medio de un contexto de inflación y devaluación monetaria.
