Por Julio Armando
El gobierno santafesino formalizó el llamado a paritaria docente para el próximo martes 20 de febrero por la tarde, donde se estima que finalmente se conocerá el porcentaje de aumento salarial propuesto para el sector. Además todavía resta que se establezca cómo será el cronograma de pago del el 22,5% que la Provincia debe en función de lo que fueron las paritarias del 2023, que arrojaron un desfasaje del 36,5 % respecto de la inflación. Recordando que el restante 14 % terminó siendo abonado esta semana.
El comienzo del ciclo lectivo 2024 está previsto para el 26 de febrero, es decir, 6 días después de que se conozca la propuesta salarial, la cual según los mecanismos que tiene el gremio AMSAFE, debe someterse a votación en todas las escuelas públicas de la provincia para ser aceptada o rechazada. Esta situación implica que recién se sabrá si hay vuelta al aula en tiempo y forma, posiblemente el viernes, último día hábil antes de la fecha señalada como inicio de clases.
Pero el provincial no es el único frente a sortear para que el ciclo lectivo empiece con normaldad, es que el gremio nacional Ctera que nuclea a los sindicatos provinciales, tiene prevista la realización de un Congreso Extraordinario de la Confederación para el próximo jueves 22 de febrero. Donde se analizará la situación a nivel país luego de los últimos anuncios del gobierno de Milei de suspender el envió de fondos que compromete el 10 % del salario de más de 1.650.000 docentes de todo el país - el FONID, el Fondo Compensador de Desigualdades Salariales - y de recortar las partidas destinadas a refuerzo de comedores y copa de leche. Además desde la organización sindical que encabeza Sonia Alesso piden ser convocados a una paritaria nacional, que hasta el momento no fue concebida por el gobierno nacional, si bien transcendió en las últimas horas que podría darse algún tipo de encuentro entre las partes.
En un contexto de atrasos paritarios respecto al 2023, recortes de fondos que impactan directamente en el salario docente y el funcionamiento de las escuelas, disminución de ingresos provinciales provenientes de Nación, un esquema inflacionario que no cede y una relación tensa entre sindicatos y gobiernos; el inicio de clases sin conflictos parece a esta altura más una escena de ciencia ficción que una realidad.
