La ciudad de Santa Fe se prepara para recibir la 125° peregrinación en honor a la Virgen de Guadalupe, un evento que marca no solo una celebración de fe, sino también un momento de solidaridad y colaboración comunitaria. Bajo el lema "María nos cuida con ternura y está cerca de nosotros", los devotos guadalupanos se congregan para honrar a su madre espiritual los días sábado 13 y domingo 14 de abril.
La Basílica de Guadalupe ha compartido a través de sus redes sociales la agenda completa de misas y celebraciones para esta festividad tan especial. Las ceremonias centrales tendrán lugar el sábado a las 22 horas, presidida por Monseñor Fenoy, y el domingo a las 15:30 horas, con la procesión y la misa central.
Es importante destacar que, en un gesto de apertura y cercanía con la comunidad, la Basílica de Guadalupe permanecerá abierta durante amplios horarios para que los fieles puedan participar en las celebraciones. El sábado, el templo abrirá sus puertas desde las 7:30 de la mañana hasta la medianoche, mientras que el domingo estará accesible desde las 7 de la mañana hasta las 22 horas.
Sin embargo, esta peregrinación no solo se trata de asistir a ceremonias religiosas, sino también de compartir y brindar ayuda a quienes más lo necesitan. Es por ello que se hace un llamado a la solidaridad de los asistentes, solicitando que colaboren con alimentos no perecederos. En particular, se necesitan leche, pañales para adultos y bebés, yerba y aceite, productos que serán destinados a ayudar a quienes atraviesan situaciones de vulnerabilidad.
El puesto de Caritas estará presente durante toda la celebración, recibiendo las generosas donaciones de los fieles. Esta iniciativa refleja el espíritu de servicio y compromiso con los más necesitados que caracteriza a la comunidad guadalupana.
La peregrinación de la Virgen de Guadalupe en Santa Fe no solo es una manifestación de fe, sino también un recordatorio de la importancia de la solidaridad y la unión comunitaria. En estos tiempos de incertidumbre, la celebración de la Virgen nos recuerda que, con ternura y cercanía, podemos cuidarnos y apoyarnos mutuamente como hermanos en la fe.
