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Padre José María Stucky: "la solidaridad de la gente me está ayudando a vivir"

En una nueva muestra de empatía, la comunidad de Humberto 1° se unió para realizar una cena solidaría para poder saldar la deuda del tratamiento oncológico del sacerdote y recaudar para dos meses más de quimioterapia.
Redacción Rafaela Noticias

Por Redacción Rafaela Noticias

En una conmovedora muestra de solidaridad, la comunidad de Humberto 1° se unió en un evento benéfico el pasado sábado 18 de febrero para recaudar fondos destinados al tratamiento oncológico del Padre José María Stucky, párroco de la Iglesia Santa Margarita y de las parroquias de Moisés Ville y Ataliva. El evento, fue un testimonio vivo del poder del amor y la empatía.

El Padre José María, oriundo de Ambrosetti y con más de cinco años de servicio en la región humbertina, expresó su profundo agradecimiento por el apoyo recibido, destacando la manifestación tangible del amor divino a través de la solidaridad humana. "En estos días, doy gracias a Dios por todo el amor que me brinda. Si no fuera por el amor y el cuidado que Dios me tiene, no estaría aquí", expresó el Padre durante la entrevista realizada en Rafaela Noticias Radio FM 100.7

El evento, que contó con alrededor de 500 personas y con la participación activa de la comunidad, fue descrito por el Padre José María como una "fiesta donde todo el mundo se sentía conforme, contento". "Descubro que esto es el amor de Dios que hace que se despierte en los demás la empatía, el compromiso, una respuesta de amistad de las personas", agregó el Padre.

ALIAS para colaborar: AGUJA.AVE.MENTON

La lucha contra el cáncer: testimonio del Padre José María Stucky

El Padre José María Stucky, fue confrontado con una dura prueba en su vida: el cáncer.

A lo largo de los años, enfrentó tres luchas contra el cáncer, desde un cáncer de riñón hasta una metástasis de hígado. A pesar de los desafíos, su determinación y fortaleza siguen siendo inquebrantables. "Yo vengo de tres cánceres ahora", compartió el Padre José María. "Uno hace 6 años de un riñón, donde tuve una nefrectomía, y todo venía bien. Pero a los 3 años apareció un cáncer de cólon que después deriva en una metástasis de hígado. Y en este momento estoy peleando con un cáncer de hígado".

"Nosotros los sacerdotes gozamos de una mutual, no es obra social, es una mutual que tiene ciertos condicionamientos y ciertos beneficios", explicó el Padre José María. Agradeció el apoyo recibido por parte de la mutual, que cubrió los gastos quirúrgicos y los primeros tratamientos, pero reconoció que la cobertura para el tratamiento oncológico es limitada. "La cobertura de oncología solamente era del 75%, y el 25% corría por cuenta nuestra", reveló.

Sin embargo, la realidad de los costos de la medicación oncológica demostró ser abrumadora. "Los números de la medicación oncológica son altísimos y se había generado una deuda muy grande, razón por la cual la mutual me dejó sin cobertura", lamentó el Padre José María. Esta situación lo llevó a buscar ayuda a través de una ley que permitiera a la provincia asumir los costos de su tratamiento, pero las gestiones no tuvieron éxito. "Tres veces consecutivas no aprobaron el pedido del oncólogo", compartió.

Ante este panorama desafiante, el Padre José María expresó: "tuvimos comprar la droga nosotros".

Sin embargo, a pesar de los obstáculos financieros, el Padre se muestra optimista y agradecido por el apoyo recibido. "El tratamiento lo estoy teniendo, pero en este momento es gracias a toda esta gente que es muy solidaria".

Solidaridad y comunidad: la presencia del obispo Monseñor Pedro Torres en Humberto

En un gesto de apoyo y unión, Monseñor Pedro Torres, obispo de la diócesis de Rafaela, se unió a la comunidad para celebrar la misa y luego participar en la cena solidaria.

La presencia del obispo Torres durante la celebración eucarística fue un símbolo de solidaridad y acompañamiento espiritual para el Padre José María y toda la comunidad. Su mensaje de esperanza y fe resonó entre los presentes, fortaleciendo el espíritu de unidad y solidaridad que caracteriza a la comunidad de Humberto.

Posteriormente, Monseñor Pedro Torres compartió momentos de camaradería y fraternidad durante la cena solidaria, donde tuvo la oportunidad de interactuar y compartir con los asistentes.

Monseñor Pedro Torres celebrando la Eucaristía en la Parroquia Santa Margarita de Humberto 1°
Monseñor Pedro Torres celebrando la Eucaristía en la Parroquia Santa Margarita de Humberto 1°
Solidaridad perenne: La continuidad de eventos benéficos en Humberto 1°

El evento solidario que tuvo lugar recientemente en Humberto para recaudar fondos destinados al tratamiento oncológico del Padre José María Stucky no es un hecho aislado en la comunidad. En el año 2022, otro evento de gran magnitud tuvo lugar, contando con la presencia del reconocido humorista Popo Giaveno.

"En esa oportunidad, el Popo vino desinteresadamente. Tenemos una amistad y él está muy preocupado también, ayudando", compartió el Padre José María.

Además, en dicho evento, fueron también beneficiadas diferentes personas de la comunidad que están llevando a cabo tratamientos oncológicos.

La generosidad anónima

Detrás de la solidaridad palpable, se encuentran gestos de generosidad que prefieren permanecer en la sombra. El Padre José María Stucky, compartió cómo algunas personas eligen contribuir de manera anónima, sin esperar reconocimiento alguno. "Hay algunos que no se quieren hacer ver y que lo hacen de manera anónima", admitió el Padre José María. Sin embargo, la magnitud de estas contribuciones no pasa desapercibida. "Por ahí encuentro cifras muy abultadas y entro a averiguar, averiguar, averiguar hasta que cae la ficha en la persona", agregó.

Este acto desinteresado, en línea con los principios del Evangelio, es una fuente de consuelo y gratitud para el Padre José María. "Es enormemente satisfactorio, porque se da aquello del Evangelio que escuchábamos el domingo precisamente: 'que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha'", expresó.

Viviendo con normalidad y optimismo

El Padre José María Stucky, a pesar de enfrentar desafíos de salud significativos, se aferra a la vida con una actitud admirable de normalidad, alegría y optimismo. En medio de su lucha contra el cáncer y los efectos colaterales de la quimioterapia, sigue adelante con sus responsabilidades pastorales, incluyendo la celebración de misas diariamente.

"A pesar de los efectos colaterales de la quimioterapia, sigo dando misas en tanto mis fuerzas me lo permitan", compartió el Padre José María. Reconociendo los efectos del tratamiento, que a menudo resulta en fatiga y náuseas, él encuentra consuelo y satisfacción en continuar sirviendo a su comunidad de la mejor manera posible. "Después de superar esos momentos difíciles, no me gusta quedarme quieto", añadió con determinación.

El Padre José María también destacó la colaboración del Padre Claudio Badino en las parroquias de Ataliva, Moisés Ville y Humberto. Aunque cada uno tiene sus áreas de enfoque, comparten la actividad pastoral y trabajan juntos para atender las necesidades espirituales de sus comunidades.

La generosidad desbordante y la solidaridad intercomunitaria:

Con este evento se logró completar la deuda para el tratamiento oncológico del Padre José María. Esta muestra de solidaridad permitió adquirir medicación suficiente para dos o tres meses. Sin embargo, la ayuda no se limita únicamente a Humberto; otras comunidades también se han unido en este esfuerzo solidario.

"Por ejemplo, pasé por la comunidad de San Guillermo y allí están organizando algo para el mes de junio", compartió el Padre José María con una sonrisa.

El Padre José María rechazó la idea de sentirse merecedor de esta ayuda y reflexionó profundamente sobre su propia situación en comparación con la de otras personas que enfrentan circunstancias similares. Reconoció que, si bien él recibió una abrumadora muestra de apoyo y solidaridad, hay muchas otras personas, como las madres de familia con hijos pequeños, que están luchando contra el cáncer sin tener los mismos recursos y condiciones. Este contraste lo llevó a cuestionarse "¿Y qué tengo yo de extraordinario en comparación con una madre de familia que tiene hijos, que tiene una familia por detrás?".

A través de las conversaciones y encuentros informales, surgió una red de apoyo sorprendente. Un amigo, que no pertenece a su círculo parroquial, decidió donar una vaquillona, ya que su esposa había fallecido por cáncer. Este gesto generó un efecto dominó, inspirando a otros a contribuir con más donaciones.

"'Yo voy a donar una una vaquillona porque a mí se me murió mi esposa por cáncer y dice por qué yo no teniendo la posibilidad no voy a ayudar a alguien', y ahí vino la primera y después empezaron a soñar con hacer un evento y ya no alcanzaba una y entonces otro dijo 'yo pongo otra' y de pronto tres animales de tres personas que, sí soy cercano y nos ponemos a charlar donde sea, pero digo personas de las que no me hubiera animado a ir a pedirle nada".

El éxito de este evento solidario también se debe al arduo trabajo y la dedicación del equipo de trabajo que se formó para llevarlo a cabo. Desde el consejo de asuntos económicos de la parroquia hasta cada persona que se sumó voluntariamente en las diferentes tareas.

El Padre José María destacó especialmente el trabajo incansable del equipo, recordando cómo desde tempranas horas, a las 4 de la tarde, ya estaban encendiendo el fuego para preparar el asado que serían parte de la cena solidaria.

Además, el Padre reflexionó sobre la felicidad y la realización personal que se experimenta al poder ayudar a alguien en necesidad. En este sentido, la alegría que se encuentra en dar supera con creces la satisfacción de recibir, lo que refleja la esencia del espíritu altruista y solidario que impulsa a la comunidad cristiana.

Fe y gratitud:

El Padre José María Stucky aprovechó este espacio para expresar su profundo agradecimiento, no solo por el apoyo recibido en términos materiales, sino también por la oportunidad de dar testimonio público de su fe y gratitud hacia Dios y hacia las personas que colaboraron generosamente en su tratamiento. Reconoció que, más allá de las dificultades y los desafíos, este momento es una oportunidad para reflexionar sobre el verdadero significado de la caridad y el amor al prójimo.

Haciendo referencia al Evangelio del día sobre el juicio final, el Padre José María destacó la importancia de las obras de caridad y compasión hacia los demás. Recordó las palabras del Evangelio que resaltan la importancia de alimentar al hambriento, dar de beber al sediento y vestir al desnudo, como manifestaciones concretas del amor al prójimo.

En este contexto, el Padre José María interpretó el apoyo recibido como un reflejo de estas enseñanzas de Jesús, destacando cómo la comunidad se ha unido para cuidar y apoyar a aquellos que más lo necesitan, trascendiendo las divisiones y las grietas que a menudo caracterizan al mundo actual. A pesar de las crisis y desencuentros, el Padre ve en estos actos de solidaridad una invitación a construir un mundo más amoroso y compasivo, donde cada persona se sienta parte de una comunidad unida por el amor y el servicio mutuo.

Padre José María Stucky Solidaridad

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