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Judiciales

Crimen en Lehmann: una cacería en moto y tres puñaladas mortales

El fiscal Martín Castellano imputó a Miguel Angel Spahn como autor del hecho y describió cómo se registró el ataque en la noche del viernes en Lehmann.

Gonzalo Riato vivía en calle Colón 423 de Lehmann, con su esposa y sus dos pequeños hijos, un nene de 3 años y una beba de 3 meses. El viernes 7 de julio a las 20 terminó su jornada laboral en la planta de Verónica, junto a su padre, Edgardo. Los dos salieron a las 8 de la noche y cada uno fue a su casa, tras terminar el turno laboral. Ninguno de los dos imaginaba que a Gonzalo lo esperaba la muerte.

Miguel Angel Spahn tiene 37 años. Nacido en Rafaela, vive también sobre calle Colón, pero al 393. En la noche del viernes, Spahn montaba una Honda Wave de color azul. Estaba armado con un cuchillo de 17 cm. de hoja, de 2,5 centímetros de ancho, con un mango de madera y metal. Montaba una Honda Wave de color azul. Comenzó a increpar a Gonzalo. Le gritaba que "lo había dejado sin nada",que "no tenía códigos" y que había "hablado pestes" de su persona.

Gonzalo quiso escapar. Corrió por Colón hasta calle Suipacha, hizo una cuadra y tomó por Hernandarias, que es paralela a Colón. Gritaba pidiéndole a los vecinos que llamaran a la policía, mientras su agresor lo perseguía en su moto. Riato intentó refugiarse en una casa de calle Hernandarias al 301, donde vive un matrimonio. Spahn seguía insultándolo: "salí, hijo de puta, me arruinaste", "me mandó a la policía, salí hijo de puta", "me cagó la vida", insistía.

Riato volvió a salir de la casa, siempre acosado y perseguido por Spahn. Corrió por 50 metros pero la moto era más rápida: Gonzalo volvió sobre sus pasos, ingresó nuevamente a la casa de Hernandarias 301. Ahi, en el jardín delantero, finalmente fue acorralado por Spahn,que había dejado tirada su moto y ahora atacaba, cuchillo en mano. Tres puñaladas hirieron a Gonzalo. La autopsia posterior reveló que lo hirió en el lateral izquierdo del cuello, en el lateral izquierdo del tórax, porción inferior, y en la zona anterior e inferior del tórax, levemente hacia la derecha, al costado del esternón.

A Spahn no lo detuvo la policía sino un vecino que lo redujo. Gonzalo, trasladado de urgencia por el SIES 107 de Lehmann, murió unos minutos después, a poco de llegar al Hospital de Rafaela. Todos los detalles contados anteriormente fueron narrados por el fiscal Castellano en la audiencia imputativa de este lunes, ante el juez Javier Bottero y la abogada defensora Georgina Alassia, del servicio público de defensa penal.

"Que se pudra en la cárcel"

En la audiencia estuvo presente Edgardo, el padre del joven asesinado. También su consuegro. Afuera esperaban otros familiares, todos visiblemente afectados por la muerte de Gonzalo. Edgardo pidió que Spahn fuera retirado de la sala antes de hacer uso de la palabra, ejerciendo su derecho como víctima. Con la voz quebrada por el llanto, describió a Gonzalo como un joven que "no tenía maldad, vívía trabajando y criando a sus hijos, un tipo responsable, bueno, cero maldad. Por ser tan bueno le pasó lo que le pasó". Consideró que el crimen fue "un acto de crueldad muy alevoso" y sólo expresó su deseo de que el asesino sea castigado "con justicia, pero con todo el rigor de la justicia". "Debería pudrirse en la cárcel", porque "no le importó si había testigos, si lo veían, no lo importó nada. No sé por qué lo atacó, Gonzalo no tenía trato con esa persona, no tiene nombre lo que hizo", remarcó.

En medio de una sala absolutamente silencionsa, el juez Bottero sólo se limitó a escucharlo y expresarle sus condolencias por la pérdida. Este martes, en una audiencia de medidas cautelares, si todo sucede como se presume y con pocas dudas acerca de la autoría material del hecho, Spahn recibirá la prisión preventiva, a la espera del juicio en la que se dicte su condena. Gonzalo, lamentablemente, ya no volverá con los suyos. Y sus hijos crecerán sin padre, en una familia que deberá sobreponerse ante una pérdida que duele desde cualquier lugar que se la mire.

 

Lehmann Crimen Javier Bottero

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