Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Judiciales

La "inversión" que dejó al descubierto al estafador de Las Taperitas y Williner

Los investigadores no tenían forma de "atar" el nombre utilizado para la maniobra con la identidad real del estafador. Pero el hombre cometió un error clave cuando usó el botín como "capital de trabajo".
El fiscal Dr. Guillermo Loyola expone ante la jueza Fortunato partes de las evidencias.

Los detalles de la estafa que por más de 170 millones de pesos sufrieron las empresas Las Taperitas y Sucesores de Alfredo Willliner se fueron ventilando en las audiencias que se llevaron adelante entre viernes y sábado en los tribunales rafaelinos. El fiscal encargado de delitos económicos y complejos de la Unidad Fiscal Rafaela, Guillermo Loyola, brindó un pormenorizado recorrido por los secretos que tuvo la maniobra urdida por el principal imputado, Marcelo Daniel Castro.

De 40 años, cutis trigeño, pelo cortado al rape en la parte trasera de la cabeza, de estatura más bien baja y contextura robusta, Castro estuvo presente en la audiencia de este sábado, luego de ser "extraditado" desde Buenos Aires. Su figura física contrasta nítidamente con la del hombre de cuya identidad se apropió, que también se llama Marcelo Daniel, pero tiene un apellido diferente, de origen alemán.

Castro había logrado apoderarse, haciendo trámites bancarios en donde simuló ser "su otro yo" para apropiarse de lo que sería su principal arma para ejecutar la estafa: el acceso a las cuentas corrientes de Las Taperitas y Sucesores de Alfredo Williner, y la obtención de la tarjeta de coordenadas que le permitiría realizar millonarias transferencias a una treintena de personas que también quedaron involucradas en la maniobra.

Cuando se formalizó la denuncia por parte de las víctimas, los investigadores empezaron a desandar un camino sinuoso, lleno de consultas a sistemas informáticos, cámaras de seguridad, cuentas bancarias, cruces telefónicos y otras cuestiones similares. Siempre aparecía el nombre de la víctima cuya identidad fue usurpada, e incluso la cara del estafador, reflejada en un documento apócrifo. Pero no había un nombre y apellido para ponerle a ese usurpador.

Así fue hasta que los investigadores pusieron el foco en una de las operaciones concretadas. Una transferencia de 16.598.245,20 pesos (16,5 millones) que Castro hizo desde la cuenta corriente de Sucesores de Alfredo Williner a una empresa del Gran Buenos Aires. Allí, con ese monto se pagó una compra de 500 amoladoras y 500 taladros percutores 710. Cuando la empresa fue visitada por los investigadores, no tuvieron problemas en contar que para cerrar la operación habían intercambiado whatsapp "con el representante de Williner", que no era otro que Castro, que había usado para los whatsapp su teléfono personal.

Así cayó Castro, cuando los investigadores pudieron ponerle su nombre a la compleja maniobra que había perjudicado a las empresas rafaelinas.

Al finalizar la audiencia, y luego de escuchar a las partes, la Jueza Dra. María Cristina Fortunato le dictó al acusado la prisión preventiva sin plazos.

Presentación como querellante

Es dable mencionar que el abogado Penalista local, Dr. Carlos Farias Demaldé, solicitó la constitución como querellante, actuando en nombre del C.P.N. Marcelo Daniel M., (ex-empleado de las firmas "Las Taperitas" y de "Suc. de Alfredo Williner"), profesional éste que indirectamente resultó damnificado, por el uso de su DNI de forma apócrifa, y la modificación de sus datos biométricos bancarios. Aún está pendiente la admisión formal, por parte del Juzgado que entiende en la causa.

 

Cristina Fortunato

Te puede interesar

Teclas de acceso