La transición entre el gobierno municipal saliente y el entrante, en el marco de un proceso inédito de cambio de color político en la administración de la ciudad, ha dejado en el limbo un tema clave para el gobierno de la ciudad: la sanción del presupuesto para el ejercicio 2024. Llamada con razón la "ley de leyes", la ordenanza que regula el presupuesto es la herramienta fundamental de cualquier gestión ordenada, porque define la orientación general que tendrá el uso de los recursos que el Estado evalúa contar para el ejercicio a iniciar. Significa saber de antemano, con planificación, a qué se destinará cada peso que ingrese al municipio.
Va de suyo que entre el dicho y el hecho hay mucho trecho. Siempre el presupuesto es eso: un "pre" supuesto de lo que se va a recaudar y cómo se lo va a gastar. Pero las limitaciones precisas que tiene la legislación hacen que el presupuesto se transforme también en un instrumento de transparencia: no se pueden transferir partidas como pases de magia, sino que cuando estos cambios exceden determinados montos, debe rendirse cuenta al Concejo Municipal. Por eso en los últimos 30 años la sanción en tiempo y forma del presupuesto municipal -esto es, en la última sesión ordinaria de cada año- no sólo fue una imposición legal que emanana de las normativas vigentes, sino que es un compromiso político que todos los partidos han asumido como obligación.
Sin embargo, este año es diferente, por lo citado más arriba: la transición con cambio de signo político. A falta de un día para la última sesión del año, recién este miércoles se hará la primera reunión en donde se abordará el tema. Hay un proyecto que fue elevado en septiembre por la gestión del exintendente Luis Castellano, que fue confeccionado de acuerdo a las prioridades, proyectos y planificación que tenía Castellano para el caso de seguir gobernando.
Ahora, hay que revisar todo. Y los que tienen que explicarlo son funcionarios que acaban de llegar a las funciones ejecutivas. Germán Bottero, el secretario de Gobierno y Modernización, tiene una vasta experiencia pero del otro lado del mostrador: fue concejal y presidente del Concejo, y le tocó asistir a innumerables reuniones y debates por el presupuesto. Pero nunca tuvo que explicarlo. Para la secretaria de Hacienda, Silvina Bravino, será un debut total ante los concejales. Y si bien Cambiemos (ahora Unidos para Cambiar Santa Fe) tiene una cómoda mayoría, las buenas formas políticas indican que una sola reunión, y 24 horas antes de la última sesión, es casi lo mismo que votar el presupuesto a libro cerrado. Difícilmente el justicialismo quiera estrenar su condición de flamante oposición aprobando tal cosa.
Este martes por la tarde, Bottero admitió que intentará conseguir consenso para votar el presupuesto este mismo jueves. Pero si esto no es posible, tampoco tensarán la cuerda: formalmente se puede postergar hasta enero, en que se convocaría a una sesión Extraordinaria para aprobar la herramienta presupuestaria. Al mismo tiempo, también se pedirá más flexibilidad para compras directas, que evitan los procesos licitatorios y permiten tener mejores condiciones para acceder a insumos básicos para el funcionamiento del Estado local.
Los cambios que se introducen respecto al proyecto original no son pocos. En septiembre no había un dólar oficial a 800 pesos, ni combustible (uno de los principales insumos del municipio) tocando los 700 pesos; ni una inflación que cerrará el año con un porcentaje superior al 25% mensual, con la consiguiente demanda de actualización de salarios. Aunque el panorama era incierto y la inflación ya estaba desbocada, el escenario político planteaba algunas alternativas que ahora ya no están: el corte de suministros de Nación y probablemente de Provincia obliga al intendente Viotti a planificar una "economía de guerra", con poco margen de maniobra. Así que el nuevo presupuesto será, más que nunca, apenas un dibujo aproximado de lo que se espera para 2024. Y a todo eso hay que explicárselo con cierto detalle a los concejales. A propios y extraños.
Inseguridad en los barrios
Mientras tanto, en la actividad de esta última semana del año volvió a destacarse el tema inseguridad. En la mañana del martes, los concejales recibieron a Valeria Gutiérrez, presidenta de la Comisión Vecinal del barrio Fátima y Ricardo Cardoni, vecino de la zona.
Los representantes de los vecinos dialogaron con los ediles y les narraron hechos de inseguridad de los últimas semanas y meses, con algunos detalles que ya habían sido anticipados por nota.
Al finalizar, Valeria Gutiérrez expresó que "nos acercamos hasta el Concejo para trasladarles los problemas que estamos atravesando en el barrio con respecto a la inseguridad y los menores que son reincidentes en los hechos. Fue una reunión muy favorable, tuvimos una muy buena respuesta por parte de los concejales”.
Ricardo Cardoni, por su parte, según informó el Concejo, declaró que "nos vamos con una sensación muy buena porque se comprometieron a trabajar sobre esta problemática. Fue una reunión muy positiva y en muy buenos términos”.
