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Locales

El municipio de Esperanza se baja del Consorcio Vial de la RP 70: las consecuencias

Junto a Rafaela, Humboldt, Franck y otras localidades, Esperanza formaba parte hasta hoy del consorcio que se encarga del corredor vial de las RP 70 y 6. Pero decidió salir del esquema. Y cobrará tasas y derechos por las obras.
Agrandar imagen El peaje en la RP 70, tema de controversias.
El peaje en la RP 70, tema de controversias.

El municipio de Esperanza pateó el tablero y anunció que dejará de integrar el consorcio público que conforman los municipios y comunas ubicados sobre la traza de las RP 70 y 6, y que desde hace casi 25 años se ocupa de administrar el corredor vial de ambas carreteras a través del sistema de peaje. Se trata de la Unidad Ejecutora del Corredor Vial Nº 9, del cual Esperanza y Rafaela son actores principales, por ser las únicas ciudades sobre la traza. El intendente esperancino, Rodrigo Müller, hizo el anuncio formal en la mañana de este martes, y la decisión, que es unilateral, motivó a una convocatoria del resto de los municipios y comunas que integran el consorcio, que tienen previsto reunirse para abordar el tema durante la jornada del miércoles.

Esperanza tiene una participación del 24% en el Consorcio. El intendente Mûller deberá elevar al Concejo Municipal de su ciudad la decisión de abrirse del ente, pero no tendría inconvenientes en lograr la autorización: en Esperanza hay un fuerte descontento con la situación que rodea a la problemática de ambas rutas, que atraviesan la ciudad, y durante las dos décadas y media en que se extendió la concesión los esperancinos han sido siempre muy críticos de la concesión. Es que el cobro de peaje los afecta y mucho: la ciudad tiene dos cabinas de cobro en sus vías de salida hacia Santa Fe -tanto por la 70 como por la 6- y prácticamente cualquier salida del distrito hacia el Sur o hacia el Este implica pagar peaje. Históricamente la resistencia a los pagos, sin éxito, la encabezaron los transportistas.

Ahora, Müller no sólo propone que el municipio salga del consorcio, sino que también comience a cobrarle a las empresas contratistas que realicen obras en su jurisdicción el Derecho de Registro e Inspección y las tasas que habitualmente se cobran por intervenciones en espacios públicos. Con ese dinero, el intendente esperancino promete inversiones en bacheos y emprolijamiento sobre las trazas de ambas rutas, especialmente en el tramo urbano.

Una ruptura con varias lecturas

La ruptura de Esperanza con el consorcio no sólo revela el agotamiento del modelo propuesto allá por el año 2000, cuando se puso en marcha la concesión -en varios corredores de rutas provinciales-, sino el malestar que causa la ralentización del proyecto de reconversión a Ruta Segura -iniciado por el gobierno de Omar Perotti pero discontinuado paulatinamente-, la eliminación de la posibilidad de que se concrete en el mediano plazo el prometido ensanche y transformación de la travesía urbana de ambas rutas sobre el ejido urbano de Esperanza; y el hartazgo y enojo que provocó la paralización de la obra nacional del Circunvalar ferroviario, que transformó a la zona de la RP 70 en Colonia Pujol (un distrito que depende del municipio esperancino) en una "tierra de nadie", con poca señalización, montañas de tierra, oscuridad y prácticamente intransitable en días de lluvia. Y para pasar por allí hay que pagar peaje.

El hecho de que el propio municipio quiera cobrar tributos y hacer trabajos de bacheo por su cuenta es indicador del malestar también con las obras que ejecuta el propio consorcio, por delegación provincial.

El nuevo escenario que se plantea será analizado en una reunión que tendrá lugar el miércoles y donde Rafaela estará representada por el secretario de Obras Públicas, Nicolás Asensio, quien ocupa el asiento del municipio en ese ente.

 

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