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¿Qué falta para que se pueda utilizar el nuevo acueducto a Rafaela?

Todo el tendido de cañerías y las instalaciones complementarias están concluidos. Lo que viene es la limpieza del sistema, lo que obliga a buscar una solución para un problema sorprendente: ¿cuál es?
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Crédito: Internet

En dias de intenso calor y elevado consumo de agua potable, los rafaelinos sufren la disminución de presión de agua en las redes domiciliarias. En algunos barrios el problema es muy serio y hace que el líquido no llegue hasta los tanques y las cisternas ubicadas en altura: aunque el mínimo de presión que debe garantizar ASSA es de 7 metros de columna de agua, en muchos lugares ni siquiera llega a 3 metros.

El problema es simple de entender y crónico, porque desde hace más de dos décadas que se viene padeciendo: el abastecimiento de agua a Rafaela está garantizado por el acueducto que tiene desde esperanza y llega a la planta local, reforzado por una Planta de Ósmosis Inversa que potabiliza el agua que se extrae en algunos pozos ubicados al sur de la ciudad. Todo ese volumen se almacena en una cisterna con capacidad para 10 mil metros cúbicos, desde la que se bombea el agua a toda la red domiciliaria local.

Cuando hay registros térmicos elevados y no llueve durante varios días (cuando llueve el consumo rafaelino desciende a la mitad aproximadamente), la demanda de agua potable supera a la producción que llega a la cisterna, cuya profundidad es de algo menos de 5 metros. Al consumirse más agua de la que se produce, la reserva va bajando paulatinamente su nivel y llega un momento en que, por cuestiones técnicas relacionadas con el funcionamiento del sistema- se hace necesario disminuir la salida de agua hacia la red para equilibrar el volumen que ingresa a la cisterna con lo que sale. Consecuencia: disminuye la presión del agua que se envía a la red domiciliaria.

El nuevo acueducto

La solución para este problema es garantizar el ingreso de mayor volumen de agua a la planta de Rafaela. Para eso es clave el nuevo acueducto que traerá agua desde Desvio Arijón, más precisamente desde el río Coronda. El nuevo sistema incluye 120 kms. de cañerías que remontan una pendiente de más de 100 metros de desnivel a través de estaciones de bombeo ubicadas en distintos tramos, redes de acceso a una decena de localidades y cisternas en cada una de ellas.

En Rafaela se construyó una segunda cisterna, similar a la que ya está sirviendo al sistema local, de modo que se duplicará la capacidad la reserva. Pero además, el volumen de agua que ingresará a la planta se multiplicará respecto a la capacidad actual.

¿Qué es lo que falta, entonces, para que funcione el nuevo acueducto? Las pruebas hidráulicas. Esto incluye la limpieza total de los 120 kms. de cañeerías, así como de las instalaciones complementarias. Y demandará el uso de un gran volumen de agua que se inyectará en el sistema con la máxima presión posible, para poner a prueba el sistema en condiciones de demanda plena.

Un "desagüe" se necesita

Ese enorme volumen de agua que en condiciones normales tendrá su salida hacia la red de consumo domiciliario, durante la prueba no entrará al sistema, ya que contendrá las impurezas y suciedad propia de la obra. Consecuentemente, debe ser volcada como un efluente hacia algún desagüe natural.

Hoy por hoy, desde las áreas técnicas del Ministerio de Infraestructura de la provincia se está trabajando para coordinar con el municipio de Rafaela la manera de evacuar hacia los canales de drenaje ese enorme volumen de agua que se utilizará para "purgar" el sistema. La idea es hacerlo la semana próxima o a lo sumo en los primeros días de enero, ya que también luego, una vez realizada la depuración del sistema y verificado el funcionamiento hidráulico de todo el complejo, técnicos del ENRESS deben dar el "aprobado" final respecto a la calidad del agua que se volcará a la red domiciliaria.

En consecuencia, enero sería el mes clave para conocer si finalmente se "alinean" los planetas y Rafaela puede terminar, después de 25 años de reclamos, idas y vueltas, con su crónico problema de todos los veranos: el agua que falta en los tanques y en las cañerías de la ciudad.

 

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