Momentos de tensión y miedo se vivieron en barrio Pizzurno, cuando una pareja oriunda de Sunchales se presentó en la vivienda de un reconocido desarrollador inmobiliario de la ciudad para reclamarle por una supuesta deuda en moneda extranjera que mantendría el hombre con los sunchalenses.
El hecho, que sucedió el domingo, pero cuyos detalles trascendieron en las últimas horas, ocurrió durante la noche en el sector este de barrio Pizzurno y, si bien en un momento el encuentro se desarrolló en buenos términos, las tensiones fueron escalando hasta que uno de los “visitantes” sacó un cuchillo de entre sus prendas y luego amenazó al propietario del domicilio con balear a su familia e incendiar el lugar.
¿Qué hay detrás?
Según las crónicas que realizó Rafaela Noticias del caso, todo tiene su génesis a finales del 2022, cuando decenas de rafaelinos y personas de otras localidades de la región, que habían confiado miles de dólares a un grupo inmobiliario local (cuyas oficinas están en pleno centro rafaelino) comenzaron a tener problemas para recuperar la inversión.
Es que, la entidad ofrecía la promesa de importantes rendimientos en calidad de intereses del capital depositado, pero, dificultades financieras del grupo hicieron que esos dividendos se fueran prorrogando más allá del plazo original.
Varios de los ahorristas, comenzaron, según fuentes consultadas por este portal, a presentarse en el fuero civil, con el fin de solicitar medidas cautelares en resguardo de sus inversiones. Incluso había trascendido la intervención de la Fiscalía, aunque no se ventilaron mayores precisiones.
De acuerdo a la información que maneja ésta redacción y que fuera publicada meses atrás, muchos inversores recibieron seguridades y garantías acerca de la devolución del dinero, los montos comprometidos son muy grandes. Hay personas que invirtieron menos de diez mil dólares, pero también se habla de otros acreedores del grupo que reclaman sumas de seis cifras, todas en moneda norteamericana. Si bien el grupo tendría un importante capital en bienes, el problema más urgente es que muchos acreedores piden el retorno de sus inversiones, pero la liquidez para responder a esas solicitudes no estaría disponible.
Si bien no se conocen detalles de la operatoria –dado que los propios inversores tampoco quieren difundirlos, en razón de que aún esperan que la situación se resuelva favorablemente-, lo concreto es que al parecer desde que se hicieron públicas las sospechas de que el grupo inmobiliario no tiene respaldo económico para responder a la corrida que generaron los rumores que hay en la plaza local, hubo avances en los reintegros o por lo menos acuerdos formales con los inversores más chicos, pero quedan pendientes las acreencias más grandes, que son muchas.
Entre los inversores que no están satisfechos con las respuestas recibidas, varios decidieron presentarse en la justicia civil para solicitar medidas cautelares de protección de sus intereses. Básicamente, piden que se declaren inhibiciones y se traben embargos sobre bienes puestos en garantía. Es un tema que preocupa a los administradores del grupo deudor, ya que la acumulación de demandas podría obligarlos a una convocatoria de acreedores, paso muy complejo dado que el universo de acreedores es muy grande.
