Dicen que los policías con oficio saben detectar situaciones irregulares en los controles rutinarios que se practican al advertir algunas señales en las personas controladas. Algún gesto nervioso, una mirada huidiza, cierta impaciencia por salir del lugar, todo puede servir a la hora de "semblantear" a los sujetos que son controlados.
Algo de eso sucedió en la noche del viernes, cuando agentes de la Policía de Seguridad Vial se encontraban realizando controles en la RP 13, a la altura de Ataliva, y detuvieron la marcha de un Citroen C3, el cual era conducido por Jorge G., rafaelino de 34 años afincado en el barrio Los Nogales, quien iba acompañado por Franco C, de 24, con domicilio en Barranquitas; y la menor Milagros R., de 17, con domicilio en barrio Virgen del Rosario.
Ante la actitud sospechosa de los ocupantes del rodado, se convocó a testigos y se realizó una requisa en el vehículo, donde se halló una pistola calibre 22, con cargador completo, además de una bolsa negra que contenía 123 gramos de cocaína. Los dos sujetos mayores de edad quedaron detenidos a disposición de la justicia -intervino la fiscal Lorena Korakis-, acusados de tenencia indebida de arma de fuego de uso civil y tenencia de material estupefaciente.
