Una ola de robos de bicicletas se está registrando en estos días en la ciudad, con un recrudecimiento en las últimas horas: entre el jueves y las primeras horas de este viernes se reportaron 8 robos de bicicletas, a los que se suma una nueva modalidad: los delincuentes también se llevan asientos de obras bicicletas a las que no pueden sustraer.

Eso ocurrió en la mañana de este viernes, donde uno o más desconocidos se llevaron dos bicicletas y tres asientos de bicis del frente del Instituto Superior del Profesorado, a poco de que los alumnos entraran a clases en el turno matutino. Pero en la semana ya se habían llevado otras dos bicicletas del mismo lugar. En esa casa de estudios hay bicicleteros y estacionamiento del lado Sur, sobre calle Vera, un sector que podría ser monitoreado por una cámara domo que está ubicado en calle Sacripanti, a la altura del Canal Sur. Sin embargo, al estar clausurado el acceso por la puerta de ese sector -debido a que el diseño del edificio no contempló el problema que implican las ráfagas de viento y las puertas no son corredizas- el ingreso de los estudiantes y docentes se hace por la entrada de calle Pasteur, donde no hay cámaras de videovigilancia.

Los robos son reiterados y tienen como blanco los bicicleteros de las escuelas principalmente. La semana pasada en un mismo día y en diferentes turnos se llevaron dos bicis del frente de la Escuela 654 Nicolás Avellaneda, por lo que la GUR debió reforzar los patrullajes y la vigilancia en ese lugar. También hay cámaras en el cruce de Salva y Arenales, pero los delincuentes van por el bicicletero de 3 de Febrero. Y otro tanto pasó en el Colegio Nacional. Incluso los bicicleteros que están dentro de los establecimientos son objetivos de los ladrones.

Lo curioso es que ahora le sumaron el robo de asientos, que no pueden ser protegidos por candados. Se deduce que los delilncuentes roban los asientos para venderlos y hacerse de algunos pesos rápidamente, y será tarea de los investigadores descubrir quiénes son los que compran los asientos robados, ya que no parece casualidad que repentinamente se produzca una sucesión de este tipo de sustracciones.