En medio de un escenario económico convulso, los bares y restaurantes de la provincia de Santa Fe enfrentan desafíos significativos debido a la marcada disminución en el consumo. Según datos proporcionados por Maximiliano Chiarelli, Presidente de la cámara de bares de Santa Fe, "durante la primera quincena de marzo, el consumo ha caído hasta un 40% en Santa Fe".
Chiarelli explicó que esta caída en el consumo ha sido progresiva, señalando que "ya venía empezando a partir de los primeros días de enero hasta llegar a ese 40% en promedio, haciendo aclaración que algunos bares han tenido una caída aún más fuerte". Este fenómeno se ha visto exacerbado por un contexto de incertidumbre política y económica, sumado a una falta de previsibilidad en los precios de los insumos.
El presidente expresó su preocupación por la falta de previsibilidad en los precios de los insumos. "La dinámica tan frenética de los precios hoy en día hace que uno no sepa si subir o bajar los precios, o cuándo hacerlo", comentó Chiarelli. Además, señaló que muchos insumos son adquiridos en dólares pero vendidos en pesos, lo que complica aún más la situación para los empresarios del rubro.
Ante este panorama incierto, Chiarelli destacó la importancia de mantenerse positivo y seguir adelante, aunque reconoció las dificultades que enfrentan. "Estamos continuamente en una calecita, persiguiendo la zanahoria", dijo. Sin embargo, también resaltó el papel fundamental que juega la gastronomía en la economía regional, generando empleo indirecto y contribuyendo al turismo receptivo.
En cuanto a las perspectivas futuras, Chiarelli expresó su esperanza de que, una vez que la situación actual se estabilice, el sector experimente un rebote en el crecimiento económico.
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