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Locales

Ampliaciones de cloacas en Rafaela: ¿siguen o las corta el plan motosierra?

Actualmente se están ejecutando trabajos en sectores de los barrios 17 de Octubre, Pizzurno, Brigadier López y La Cañada. Pero hasta aquí se llega: sin ampliación de la planta depuradora, no habrá más conexiones. ¿Se hace o no se hace?
Agrandar imagen La planta depuradora que debe ampliarse.
La planta depuradora que debe ampliarse.
Miguel A. González

Por Miguel A. González

Cuando se termine de ejecutar la ampliación de redes domiciliarias de cloacas que se está ejecutando en sectores de los barrios 17 de Octubre, Pizzurno, Brigadier López y La Cañada culminará cualquier proyecto de extender las redes a los barrios que aún no poseen el servicio, principalmente en la zona Norte de la ciudad: Mora, San José, Los Arces, Zaspe y Virgen del Rosario, entre otros. Por ahora, todo es incertidumbre, pero los vaticinios son predominantemente negativos.

Confluyen una serie de razones que combinan factores políticos, económicos y técnicos. La condición "sine qua non" para ampliar las redes es contar con capacidad de procesamiento en la planta de tratamiento de efluentes que está en Beltramino y Remedios de Escalada, en el barrio 2 de Abril.

Esa planta tiene tres módulos con una capacidad de procesamiento determinada, que será completada con las nuevas conexiones domiciliarias que se incorporarán a la red cuando se terminen de ejecutar las obras mencionadas en el primer párrafo. Para ampliar la red y dotar de cloacas a los barrios del Norte de Rafaela hay que pensar en ampliar esa capacidad. Esto significa construir otro módulo de procesamiento. Pero no es todo: también será preciso diseñar y ejecutar una cañería troncal que transporte los efluentes desde el Norte hacia la planta del 2 de Abril. Son por lo menos 7 kms. de tendido subterráneo. Mucho. Y cuesta un dineral.

Entrevistado por el sanvicentino Alejandro Fantino, uno de sus mentores mediáticos, el presidente electo Javier Milei contestó muy claramente lo que sucede ahora. Fantino le transmitió una pregunta de Gonzalo Aira, el intendente de San Vicente, que tiene obras de cloacas proyectadas y en ejecución en su ciudad, financiadas con recursos nacionales. Quiere saber qué va a pasar con esas obras. Y Fantino le recordó a Milei que en San Vicente sacó una parva de votos, como en todo el cordón Oeste de la provincia de Santa Fe, donde el departamento Castellanos fue un bastión de La Libertad Avanza. "No hay plata", resumió Milei. O sea, no hay obras. "Se van a tener que hacer cargo los intendentes". Corta la bocha. Pero todo tiene matices, historia y razones que la lógica de las teorías económicas y el mercado no siempre explica. Los intendentes, hoy, están pensando en cómo pagar los sueldos antes que en obras que no están ni estarán nunca en disposición de asumir por sí solos desde los Estados locales.

El "río" que va por el subsuelo

El servicio cloacal lo brinda la empresa estatal Aguas Santafesinas SA. Por el carácter esencial del servicio que presta -agua potable y cloacas para 15 ciudades de la provincia- es una empresa deficitaria, que se sostiene con aportes del Tesoro provincial. No tiene capacidad de inversión propia para obras de magnitud, como antes tampoco las concretaba Aguas Provinciales, durante la "primavera" privatizadora de los '90.

Rafaela tiene un problema central: consume agua potable traída desde el subsuelo de Esperanza y ahora también desde el río Coronda. Diariamente se vuelcan miles y miles de metros cúbicos a las redes cloacales, que son tratados y devueltos a los cursos de agua naturales con condiciones de aptitud para riego.

Los excedentes que no van a las cloacas y sí a los pozos ciegos de las viviendas sin ese servicio -y son miles de metros cúbicos diarios en aumento permanente- van al subsuelo, que hace las veces de esponja: absorbe esos líquidos. Hasta que no los absorbe más y las napas freáticas llegan a la superficie. Pasó, en otros años, en el barrio Los Nogales. Los pozos ciegos tienen que ser desagotados, a veces con extremos de recurrir una vez por semana a camiones atmosféricos. Rafaela no tiene ríos en superficie: tiene un río subterráneo, rico en materia fecal y otros componentes nocivos para la salud humana.

Para no volcar más agua que llega de otros lugares al "río subterráneo" que son las napas es necesario cubrir con cloacas la totalidad de los barrios de viviendas de Rafaela. Esto no lo entienden muchos funcionarios que no conocen la realidad particular de la ciudad: ven en las estadísticas que Rafaela tiene un 80% de superficie habitada provista con cloacas, comparan con otras ciudades y se "espantan": "ustedes están en la gloria, quieren ser Mónaco", dicen, con la liviandad con que suelen pregonarse los disparates.

"No hay plata": de Guzmán a Milei

En el año 2021, todavía en plena pandemia, el Ente Nacional de Obras Hídricas y Saneamiento Ambiental (ENOHSA) llamó a licitación para ejecutar la ampliación de la planta de efluentes. Un nuevo módulo, que a valores de ese momento se ubicaba en el orden de los 750 millones de pesos aproximadamente. Pero pasaron cosas y el ENOHSA no adjudicó la obra, es decir, no firmó el contrato. Recién lo hizo en febrero de este año, con un doble compromiso: aunque el contrato era por el monto original de la licitación, el Ente se obligaba a pagar el precio surgido de las redeterminaciones correspondientes a la inflación, a cambio de que las obras comenzaran en abril de 2023.

Era ministro de Economía Martín Guzmán, cuya gestión pronto fue devorada por la crisis económicas y las insolvencias políticas del gobierno de Alberto Fernández. Sobrevino la gestión de Sergio Massa y, al calor de las urgencias electorales, se habló tibiamente en algunos pasillos del Palacio Municipal de que "las obras empezaron" o "estaban por empezar". Nunca hubo fotos ni recorridas oficiales, ni siquiera en la campaña electoral donde el "vale todo" es "vale todo" y hasta las maquetas sirven para intentar recolectar votos. Si se está trabajando en el interior de la planta, no se nota demasiado. Va de suyo que cualquier contratista que escuchó a Milei hablando con Fantino, ya como presidente electo, si no salió corriendo de la obra por lo menos está preparando las vallijas.

Obras públicas generan mano de obra local.
Obras públicas generan mano de obra local.

Sin embargo, hay que decir que el "no hay plata" fue pronunciado explícitamente por Javier Milei, ya regía desde mucho antes. La única verdad, siempre, es la realidad. Y si la motosierra todavía no entró en acción, a la extensión de la red cloacal rafaelina le cortaron las piernas hace un rato largo ya. O por lo menos anda con muletas.

Pagar siempre se pagó

Otro tema que hizo ruido en estos tiempos es que una de las futuras integrantes del gobierno de Milei, la diputada Diana Mondino, dijo en la campaña electoral que "las obras de cloacas la tendrán que pagar los vecinos". Sumado al plan motosierra y a la idea de que las grandes obras de infraestructura que el país necesita las deberían afrontar los privados, sonó a "exceso", siendo buenos en el uso de la palabra.

En realidad, Mondino no dijo nada nuevo. Las obras de redes domiciliarias de cloacas, al menos en Rafaela, siempre fueron pagadas por los vecinos. Así ocurrió desde los tiempos de la exDirección Provincial de Obras Sanitarias. Y así pasó con las redes de agua potable, de gas natural y con el pavimento: pagan los frentistas, a través de un sistema de contribución por mejoras. Lo saben en los barrios de Rafaela donde se hicieron las últimas extensiones. En Villa Aero Club, en Antártida, en Los Álamos, en los barrios en donde ahora se está trabajando, los vecinos aportaron a un plan de ahorro previo durante diez meses, ASSA aportó materiales y la obra se hizo con contribuciones conjuntas.

El problema es que hacen falta otras obras, mucho más grandes, más costosas, como la ampliación de la planta de tratamiento o las cañerías colectoras. Y esas obras las debe encarar la prestadora del servicio, o en su defecto, el Estado. Así sucedió con el Colector Oeste de cloacas y así con otros colectores muy importantes. Como también sucedió con reemplazos y nuevas cañerías que se instalaron en las zonas de calle Francia, de Bv. Santa Fe, de Bv. Roca, de calle Paraná, en distintos barrios. Las licitaciones las administró ASSA, con recursos del Estado. Porque el Estado nacional, y tampoco el provincial, no puede desentenderse de la obra pública, es una de sus funciones centrales. Si no hay plata, deberá generarla. Para eso están los administradores públicos.

Mientras tanto, hay una certeza: con el horizonte actual, habrá que remar mucho y contra la corriente para conseguir avanzar en este tema y hacer que lo proyectado se concrete. Apuntar con el dedo a un solo responsable no es lo correcto, independientemente de cuestiones ideológicas o de los efectos sobre la mano de obra y los puestos de empleo que tendrán algunas políticas que se están anticipando y que no suenan para nada bien.

 

Motosierra Milei Rafaela Cloacas

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