En medio de profunda consternación se estaba desarrollando, en la mañana de este jueves, un plenario de delegados del Sindicato de Empleados y Obreros Municipales. En la asamblea, prevista desde hace varios dias y marcada por un "in crescendo" de tensiones tras las denuncias por malos tratos en las relaciones laborales de coordinadores y segundas líneas del Ejecutivo con el personal, cayó como una bomba una noticia de tinte trágico: el fallecimiento de un trabajador del área de recolección de residuos, de sólo 23 años.

El joven, Andrés Argañaraz, había sufrido algunas semanas atrás un accidente mientras prestaba el servicio de recolección de residuos en uno de los equipos que diariamente sale a la calle en Rafaela. En principio, la herida sufrida, en el codo, no parecía grave.

Sin embargo, pronto comenzó a complicarse. Según los relatos que se escucharon en el plenario de delegados, no habría recibido atención eficiente de parte de los profesionales que deben intervenir en estos casos. Lo incontrastable y la realidad dura y concreta es que la evolución llevó al final menos pensado: luego de un proceso infeccioso y de complicaciones que derivaron en un agravamiento de su estado, el joven fue internado en terapia intensiva y finalmente falleció.

Se apuntaron presuntas responsabilidades del personal especializado del municipio -médico-, y de una inadecuada respuesta también de la ART, aunque lógicamente todo esto deberá ser investigado en caso de que exista alguna demanda. Como la noticia es muy reciente y el clima en la asamblea era bastante tenso, todos estos datos deben ser tomados con cautela y para esclarecer lo sucedido también el Ejecutivo Municipal deberá pronunciarse rápidamente, aunque el intendente actualmente se encuentre en el Reino Unido, participando de un simposio internacional.

Lo cierto es que las fuentes extraoficiales consultadas indicaron que el clima en la asamblea de delegados era lo suficientemente tenso como para que hoy mismo pueda determinarse una medida de fuerza de alcance inmediato, dada la gravedad de las presunciones que rodean al caso, y de otras circunstancias que vuelven a poner sobre la mesa las condiciones de trabajo de los empleados municipales. Ahora, con el peso de la muerte de una persona joven sobre la mesa.