Por Julio Armando
Una inmobiliaria de la ciudad (Heima Negocios Inmobiliarios) tenía a la venta y alquiler el Castillo de Foti, uno de los edificios emblemáticos declarado "bien protegido" por ser "Patrimonio Arquitectónico Urbanístico de la Ciudad de Rafaela". Un lugar que quedó deshabitado desde antes de la pandemia, cuando era utilizado en ese momento por el Club Atlético de Rafaela como pensión de las divisiones inferiores, y anteriormente supo instalarse allí un hotel. La propiedad, ubicada en Bv. Lehmann y Ernesto Salva, cuenta con 15 habitaciones, 17 baños y 8 cocheras, según consta en la propia página de la inmobiliaria, donde ofrecía el alquiler en 850.000 pesos por mes, y la venta en 850.000 dólares.
RAFAELA NOTICIAS pudo conocer en las últimas horas que la propiedad perteneciente a una sucesión -ya que el propietario falleció- cuyos integrantes algunos son de Rafaela y otros de Rosario, fue alquilado; si bien no trascendieron detalles del contrato respecto a montos y plazos. Este jueves, el nuevo inquilino - que es de la ciudad- había tomado posesión del lugar comenzando el acondicionamiento y restauración del edificio, que necesita la realización de varios trabajos para ponerlo a punto.
Aunque el nuevo inquilino aún no ha revelado cuál será la utilidad que se le dará al edificio, dado que faltan definir algunos detalles del proyecto y obtener los permisos municipales correspondientes, RAFAELA NOTICIAS pudo saber que no será un hotel y que al lugar podrán asistir ciudadanos para realizar algún tipo de actividad recreativa. De todas maneras, se estima que el acondicionamiento del edificio podría llevar más de un mes antes de que el emprendimiento se concrete.
Es destacable la inversión que alguien de Rafaela realizará en este lugar en tiempos económicos complicados, dándole mayor movimiento a este sector del barrio Guillermo Lehmann. Por otro lado, es importante señalar que el mantenimiento del edificio permitirá revalorizarlo evitando que siga deteriorándose, ya que ha estado cerrado aproximadamente 5 años. No siendo esto último un dato menor, luego de una semana donde otro de los "bienes protegidos", como lo es la Recova Ripamonti, fue noticia al concretarse un paso más hacia su destrucción al caerse parte del techo que quedaba en pie. La restauración que se llevará a cabo en el Castillo de Foti para poder ser utilizado y el hecho de que se mantengan actividades en el lugar, sin duda, contribuirán a la preservación de un lugar declarado "Patrimonio Arquitectónico Urbanístico de la Ciudad de Rafaela". Al cual siempre se le deberá preservar el tipo arquitectónico de su fachada y conservar equipamiento y mobiliario urbano que posea.
Es posible que el Castillo de Foti siga en venta, más allá del alquiler recientemente cerrado, pero se le asegurará al nuevo inquilino el tiempo suficiente para que pueda desarrollar su emprendimiento en la ciudad sin inconvenientes.
Historia del Castillo de Foti
En 1952, un italiano llamado José Foti, quien había adquirido conocimientos en la fabricación de pólvora en su tierra natal pero carecía de los recursos necesarios, decidió levantar un castillo en Rafaela. Tras establecerse en la ciudad, logró construir un importante polvorín para la producción de altos explosivos.
Con el anhelo de recrear la esencia de su Italia natal, Foti le encargó al Técnico Constructor Nacional Victorio Hipólito Ferpozzi (hijo de Luis Ferpozzi primer marmolero de Rafaela y amigo de Foti) la construcción de planos y dirección en la ejecución técnica de la obra. A principios de la década del '50, comenzaron a dar forma al sueño del italiano.
Para el año 1952, Ferpozzi había finalizado los planos del castillo, diseñado para destacarse en la intersección cercana a la manufactura de pólvora. La edificación se alzó en paralelo a la línea de ochava, resaltando su singularidad en contraste con la estructura ortogonal emergente en la ciudad.
La construcción empleó piedra especialmente traída de Córdoba, con cristalería e iluminación importadas de Italia. Se contrató a un pintor porteño para crear un cielorraso en el living que simulaba el cielo.
Estos años coincidieron con la creación del bulevar Lehmann con adoquines, durante los cuales Foti concibió la idea de erigir el edificio más distintivo y tradicional de Rafaela.
